martes, 31 de enero de 2012

Despedida. Y yo me iré...Y se quedarán los pájaros cantando.


          Todo se acaba y llega a su fin. Pensaba realizar unas reflexiones profundas sobre lo que ha supuesto el curso para mí, pero al final seré más breve de lo que pensaba, para no agobiaros a los demás y a mí mismo. La conclusión que he sacado del curso, y sobre todo de la filosofía de aprendizaje de la asignatura, es que se han difundido los principios didácticos que en teoría debe acometer una Universidad. Comparto que la Universidad, como tal, debe ser un lugar de debate, aprendizaje y de deliberación, y no un centro en el que tengan que copiarse y memorizarse unos apuntes para luego vomitarlos el día del examen. Y sobre todo, lo que he coneguido con las exposiciones y las cuestiones es solucionar dudas, ver otros puntos de vista, y, a través de la reflexión realizada con los compañeros de determinados temas, podemos tener un espíritu más crítico y analítico. Y comprender, sobre todo, que la realidad no es blanca o negra, sino que existen millares de tonalidades grises que la hacen compleja. 

         Me marcho contento por el trabajo realizado, soy autocrítico porque mis obligaciones laborales me han hecho seguir la asignatura más a empujones de trabajo, de tormentas de verano (y también de inspiración, que no siempre es permanente), que de un modo continuo y suave, como una lluvia fina y suave que enriquece la tierra y de la que se recogen los frutos. Pero la satisfacción está ahí, me llevo además una jugosa lista de libros recomendados que me iré comprando porque creo que la selección es interesantísima.: 1984, el guardián entre el centeno, el miedo a la libertad, teoría de la clase ociosa...Son libros que iré leyendo a lo largo de mi vida, esperando que ésta sea lo suficientemente larga para poder leer la mayoría.

        Me despido con una poesía de Juan Ramón Jiménez, es una bellísima meditación sobre la vida y la muerte. Y también con otra de Antonio Machado, con la que se afirma que nosotros vamos construyendo nuestro propio camino, y, siguiendo nuestro camino, nos hemos encontrado aquí. Nos vamos todos pero volveremos a vernos. De eso, estoy seguro.




    EL VIAJE DEFINITIVO


Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
     
Todas la tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,      
las campanas del campanario.

Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará, nostálgico…
     
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.





                                     JUAN RAMÓN JIMÉNEZ









             PROVERBIOS Y CANTARES (XXIX)



Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.





                                ANTONIO MACHADO



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